- Mayo 17, 2018
- Posted by: mimejortasa
- Categoría: noticias

El menor crecimiento económico, junto con bajas tasas de interés que tuvo el país por cerca de cuatro años, no afectó de forma importante la estabilidad financiera, pero sí dejó a Chile con niveles de mayor endeudamiento tanto en las empresas, como en hogares, y el gobierno.
Esa es una de las principales conclusiones a las que apuntó ayer el presidente del Banco Central, Mario Marcel, tras la publicación del Informe de Estabilidad Financiera (IEF).
Respecto de los hogares, el endeudamiento de los hogares sobre el producto “ha tenido un incremento moderado”, pero la carga financiera sí ha registrado un incremento mayor”. De hecho, el IEF puntualiza que el alza de la carga financiera ha sido transversal en los distintos tramos de ingreso, lo que se refleja en que el deudor bancario destina un 25% de su ingreso mensual al pago de estas deudas.
¿Cómo se explica esto, tomando en cuenta las bajas tasas de interés? La composición de la deuda de los hogares ha ido evolucionando hacia créditos que tienen un mayor costo relativo y menor plazo, como los créditos rotativos, los cuales han sido más usados por “algunos deudores respecto de sus propios patrones históricos”, lo que da cuenta de una reducción de holguras financieras, apunta el documento.
“Esto también puede tener que ver justamente con la Tasa Máxima Convencional (TMC), ya que eventualmente (quienes) no tienen hoy día acceso a un crédito de consumo, y por lo tanto se financian más en el banco a través de un crédito rotativo a menor plazo, eso implicaría una mayor carga financiera en el servicio de la deuda respecto de sus ingresos, que lo que eventualmente podía ser antes”, señaló Solange Berstein, Gerenta de división política financiera del Banco Central, aunque puntualizó que lo de la TMC es una hipótesis que no ha sido analizada en profundidad por el Central.
Con todo, el informe detalla que el mayor endeudamiento se ha concentrado en los hogares con ingresos relativamente más altos. Eso sí, todo ello cuando se trata de deuda bancaria. En ese sentido, el Central recalca en más de una ocasión a lo largo del informe que “la ausencia de un registro de deuda consolidada en hogares representa una vulnerabilidad para los oferentes de crédito”.
En ese sentido, explica que al cierre de 2017 la deuda no hipotecaria mantuvo una tasa de crecimiento cercana a 7% real anual, “con una recomposición en la deuda de consumo en el último año; donde se moderó la fuente bancaria en favor de los oferentes de crédito no bancario”.
Cuando se trata de la deuda hipotecaria bancaria, el IEF muestra que desde el tercer trimestre del año pasado ésta ha continuado al alza, en línea con el incremento del precio de las viviendas. Esto también sería consistente con la mayor participación de deudores que tienen dos o más créditos hipotecarios. De hecho, pese a que suben los montos de deuda hipotecaria al primer trimestre de 2018, hay una menor expansión del número de deudores en esta área.